Constaba de cinco preguntas.
1- Hacer un protocolo de cómo analizar una imagen.
2-Elegir una imagen y analizarla con el protocolo creado.

(Esta es la imagen que elegí)
3- Cambiar el protocolo con el del compañero y analizar su imagen siguiendo sus pautas. Añadir las posibles mejoras del mismo.

(El compañero que me tocó fue Darío)
4- Comentar los resultados con el compañero y apuntar en rojo las mejoras del protocolo.
5- Ponernos por grupos de 6 y escribir para qué nos ha servido un examen así y qué opinamos.
A mí personalmente me ha parecido productivo, mejor que tener que aprendernos todo como papagayos para olvidarlo al salir por la puerta. De esta forma,al recordar dónde tienes apuntado cada cosa, al tenerlo delante, te ayuda a estar más tranquilo y pensar mejor las respuestas y organizarlo mejor. También nos sirve para romper el estereotipo de examen que tenemos inculcado desde niños.
Nunca había hecho un examen así (hablándolo con mis compañeros había alguno que sí lo había hecho anteriormente, en el instituto) y la verdad, me ha gustado y me ha resultado novedoso y fructífero, ya que, como futuros profesores, debemos salirnos de lo establecido en ocasiones, e innovar, probar cosas nuevas. Que nunca viene mal improvisar y "tocar sin la partitura".
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